Realizado por MVZ. Armando Galán Madrigal

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La micoplasmosis es una de las enfermedades de mayor importancia para la avicultura debido a su impacto económico en las producciones avícolas, ya que afecta la fertilidad y viabilidad embrionaria de los huevos, así como disminuye la producción de estos, reduce la ganancia de peso y aumenta los índices de conversión y mortalidad. Es causada por distintos tipos de micoplasmas patógenos, sin embargo, Mycoplasma gallisepticum (MG) y Mycoplasma synoviae (MS) son los de mayor importancia en pollos, gallinas y pavos.

La micoplasmosis se trasmite verticalmente, de los animales reproductores a los pollitos a través del huevo fértil y horizontal, mediante el contacto estrecho entre aves, la capacidad de parasitismo intracelular de estás bacterias dificulta al sistema inmunológico la eliminación del patógeno, además, cuentan con una gran variación antigénica que le permiten permanecer dentro del organismo de por vida. Estas características, aunadas a la alta densidad de población en granjas de producción, la concentración de establecimientos en una misma región y las fallas en la bioseguridad, dificultan el control, la erradicación y el mantenimiento de parvadas libres de micoplasmas.

Los micoplasmas son bacterias extremadamente pequeñas, que no tienen pared celular, sin embargo, cuentan con factores de virulencia que les permiten evitar la fagocitosis de macrófagos y generar enfermedades subclínicas y crónicas que se desencadenan en momentos de estrés, por lo cual en una parvada infectada se pueden presentar brotes de la enfermedad en distintas etapas de la vida productiva.

MG es el agente causal de la enfermedad respiratoria crónica, infección en la cual las aves enfermas pueden presentar inflamación facial, conjuntivitis, estornudos, ruidos respiratorios, exudado nasal, anorexia, la tráquea se puede observar inflamada y podemos encontrar aerosaculitis crónica con núcleos caseosos. Debido a la inmunosupresión que genera en el organismo de los animales, esta infección se puede asociar con otras enfermedades respiratorias, como la enfermedad de Newcastle, colibacilosis, coriza infecciosa y cólera, entre otras, generando cuadros respiratorios agudos, con mayores porcentajes de mortalidad y disminución mayor en la producción de huevo o ganancia de peso.

Las aves infectadas por MS pueden presentar crestas pálidas, crecimiento retardado y sinovitis, está se observará como inflamaciones alrededor de las articulaciones. También se pueden observar signos clínicos respiratorios similares a los causados por MG, sin embargo, estos por lo general serán menores en las infecciones por MS.

Los pavos son más susceptibles a las infecciones por MG y MS que pollos y gallinas, presentan los mismos signos clínicos, no obstante, la gravedad de estos generalmente será mayor que en las otras especies, y en muchas ocasiones se verán acompañados de una inflamación de los senos paranasales (infraorbitales), conjuntivitis y exudado ocular espumoso.

El control de la micoplasmosis se puede lograr mediante la implementación de programas de vacunación que si bien ofrecen como su principal ventaja la disminución del uso de antibióticos y con esto la reducción del riesgo de generar cepas bacterianas resistentes a estos, también encontraremos varias desventajas en su implementación, por ejemplo, la vacuna debe aplicarse en aves libres de la infección, posteriormente a la aplicación de la vacuna será imposible hacer un monitoreo serológico sin alteraciones por su administración y además en aves de ciclo largo, se ha observado que la respuesta de anticuerpos se ve reducida aproximadamente a la mitad del ciclo, permitiendo que la cepa de campo se propague en la parvada, y aunque de manera lenta, podrían verse afectaciones económicas por a reducción de la producción, estas son algunas de las principales desventajas del uso de una vacuna contra micoplasmas.

En cuanto al control de la micoplasmosis por medio de antibióticos, este método también representa una forma eficaz de controlar los brotes de micoplasma en nuestras parvadas, sin embargo, al igual que la implementación de un programa de vacunación presenta ventajas y desventajas que deben ser analizadas antes de decidir el camino que vamos a seguir para controlar esta enfermedad. Entre las principales ventajas encontramos la posibilidad de implementar monitoreos serológicos periódicos para conocer el estado inmunológico en que se encuentra la parvada frente a esta enfermedad, ya que no tendremos interferencias de anticuerpos para la interpretación de pruebas diagnósticas de laboratorio, además, representa una forma rápida y eficiente de hacer frente a nuevos brotes de MG o MS, ya que la mayoría de los antibióticos a los que MG presenta sensibilidad también presentará sensibilidad MS. Sin embargo, las desventajas por el uso de antibióticos son variadas, entre las cuales podemos nombrar, la posibilidad de generar cepas resistentes a los antibióticos usados actualmente para combatir la micoplasmosis y la generación de residuos en los subproductos reduce las posibilidades de antibióticos que se pueden utilizar para aves de postura en etapa de producción, por lo cual en gallinas de postura adultas se deben buscar tratamientos sin tiempo de retiro y así evitar incumplir los tiempos de espera requeridos para que los huevos producidos no contengan residuos de antibióticos que representarían un riesgo para la salud de los consumidores.

Se ha descrito sensibilidad de los micoplasmas a antibióticos del grupo de los macrólidos, como la tilosina o tilvalosina y también de las pleuromutilinas, como la tiamulina y valnemulina, también se ha descrito que otros antibióticos como la enrofloxacina, lincomicina, y oxitetraciclina tienen efecto antimicoplasmico sin embargo, macrólidos y pleuromutilinas son los tratamientos de elección, debido a su efectividad frente a infecciones por micoplasmas. La tilosina se ha convertido en la primera elección frente a infecciones de micoplasmas, tiene buena distribución en tejidos clave para la multiplicación de micoplasmas, en pulmones, tráquea, sacos aéreos, ovarios e hígado, encontraremos la mayor concentración de este antibiótico en el organismo. La utilización de tilosina acompañada con otro antibiótico, por ejemplo, gentamicina, puede ayudar a combatir la micoplasmosis y las infecciones secundarias causadas por Escherichia coli o Avibacterium paragallinarum causantes de colibacilosis y coriza respectivamente. Cabe mencionar, que los riesgos anteriormente mencionados por el uso de antibióticos para el tratamiento de la micoplasmosis se pueden reducir mediante la utilización de dosis terapéuticas correctas y siempre completando los tratamientos de acuerdo con las indicaciones del fabricante. Por ningún motivo se deben utilizar dosis menores o tratamientos con días incompletos, ya que esto aumenta el riesgo de generar cepas resistentes. Los tratamientos con antibióticos no van a eliminar la infección, sin embargo, reducen los signos clínicos y ayudar a recuperar la producción, pero debemos recordar que las aves recuperadas seguirán siendo portadoras y pueden presentarse rebrotes en situaciones de estrés.

Además de la vacunación y el tratamiento con antibióticos otras medidas que podemos tomar para su control irán enfocadas hacia la prevención mediante estrategias de bioseguridad. La situación ideal siempre será mantener la parvada libre de micoplasmosis y para saber que se mantiene ese estatus se debe realizar un monitoreo permanente de la enfermedad. La transmisión vertical de esta enfermedad juega un papel importante para su control y el cuidado de las reproductoras, o la elección de un proveedor de pollitos libre de micoplasma es fundamental.

Tanto las vacunas como el tratamiento con antibióticos presentan ventajas y desventajas, es necesario analizar ambos métodos para elegir el que representa mayores beneficios para casa caso en particular, sin embargo, no se debe olvidar que ese beneficio nunca se debe buscar en detrimento del bienestar animal, el medio ambiente y la salud pública

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